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Enfermedades de la vista

Traumatismos oculares

Esta imagen muestra un ojo suturado a causa de un traumatismo ocular
Un 90% de los traumatismos oculares podrían prevenirse.
Son especialmente comunes en el ámbito laboral y doméstico.
Representan la principal causa de pérdida de visión en jóvenes.

¿Qué son los traumatismos oculares?

Los traumatismos oculares representan prácticamente la mitad de las urgencias oftalmológicas y pueden afectar a cualquier estructura ocular (párpados, córnea, cristalino, retina, nervio óptico, órbita…), requiriendo un manejo especializado en cada caso. Su gravedad puede ser muy variable, desde pequeñas erosiones o rasguños en la superficie del ojo, hasta daños que pueden comprometer la integridad de este órgano y la visión. 

En general, podemos distinguir dos grandes grupos de traumatismos oculares:

  • Lesiones mecánicas: ya sean cerradas, como contusiones, o heridas abiertas, que pueden deberse a un cuerpo extraño que penetra en el globo ocular e, incluso, lo perfora o provoca su estallido.
  • Lesiones no mecánicas: como quemaduras químicas (causadas, por ejemplo, por productos de limpieza) o traumas lumínicos o eléctricos (producidos por la radiación ultravioleta, láseres, rayos…)

Los síntomas pueden ser muy variables en función del tipo de lesión y de su localización, teniendo en cuenta que las heridas más llamativas no necesariamente son las más graves. Por eso, en caso de traumatismo, es importante que acudas al servicio oftalmológico de urgencias, donde un especialista te realizará un examen ocular completo para determinar el verdadero alcance del daño y orientar el tratamiento de la forma más precisa.

La principal preocupación ante un accidente que afecte al ojo es que deje secuelas en la visión. De hecho, los traumatismos oculares son la principal causa de pérdida de agudeza visual en jóvenes y se estima que más del 25% de los casos graves pueden desembocar en ceguera. Sin embargo, el hecho de que al producirse la lesión todavía se conserve parte de la nitidez y no haya desprendimiento de retina ni perforación, rotura o infección severa del globo ocular, son factores alentadores para un mejor pronóstico visual final si realizamos una intervención precoz y experta.

9 de cada 10 traumatismos oculares podrían prevenirse con las medidas de protección adecuadas, como el uso de gafas o pantallas, que te recomendamos usar siempre que realices actividades que puedan entrañar algún riesgo. 

Los principales ámbitos en los que suelen producirse las lesiones oftalmológicas son el laboral y el doméstico, ya sea por tareas como la soldadura y el bricolaje, o por el contacto del ojo con productos tóxicos etc. A continuación, les siguen las actividades deportivas y de ocio (tenis y pádel, deportes de contacto, paintball, petardos…), así como los accidentes de tráfico. 

También destacamos que la población joven suele ser la más afectada, sobre todo entre los 20-40 años.

En los traumatismos que requieran cirugía, es importante no demorar la intervención para evitar que puedan desarrollarse mayores complicaciones, sobre todo si hay quemaduras químicas, hemorragias orbitarias o intraoculares severas, heridas abiertas o sospecha de endoftalmitis (infección de todo el ojo). Ahora bien, además de tener en cuenta la urgencia, en muchos casos también es fundamental garantizar que la operación pueda ser realizada por un oftalmólogo con experiencia para obtener los mejores resultados. 

En las clínicas Miranza contamos con un equipo médico altamente especializado en las distintas técnicas quirúrgicas que pueden requerirse tras un traumatismo, según las estructuras oculares afectadas. El abordaje de cada caso es único y personalizado aunque, generalmente, el primer paso necesario suele ser reparar las heridas para restablecer el tono normal del globo ocular. Acto seguido, eliminamos los cuerpos extraños que se hayan podido introducir y los tejidos que se hayan contaminado o que ya no sean viables y, finalmente, procuramos restaurar la anatomía normal del ojo.