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Síntomas

Ojo lloroso

ojo lloroso
Es una de las consultas más frecuentes al oftalmólogo.
Puede ser ocasional o persistente, resultando muy molesto.
Tratamiento: desde colirios hasta cirugía.

¿Qué es?

El ojo lloroso, también llamado epífora, es un trastorno ocular caracterizado por un lagrimeo excesivo y constante, bien por una producción excesiva de lágrimas, bien por una obstrucción en el sistema de drenaje de las mismas, lo que hace que rebosen y caigan por fuera del párpado.

Patologías asociadas

La causa más habitual del ojo lloroso es la irritación de la superficie ocular por un traumatismo debido a golpes, roces, deslumbramiento… o por la acción de un agente irritante, ya que, al fin y al cabo, las lágrimas están concebidas para lubricar la superficie ocular, aliviar la irritación y ayudar a expulsar objetos extraños que hayan podido entrar en el ojo (polvo, partículas de maquillaje, salpicaduras, pestañas que se desprenden…). No obstante, cuando el lagrimeo es continuo y muy abundante, puede deberse a distintas patologías oculares.

El caso del ojo lloroso asociado al ojo seco puede resultar paradójico pero, debido a que la sequedad ocular irrita la superficie del ojo, se produce una sobreestimulación de la glándula lagrimal para producir lágrimas que alivien dicha irritación. Dado que el ojo seco es un trastorno crónico, la producción de lágrimas se hace constante, dando lugar al ojo lloroso o epífora.

¿Cómo afecta el ojo lloroso?

La manifestación más evidente del ojo llorosoes el lagrimeo excesivo, involuntario e ininterrumpido. Este hecho suele ir acompañado de infección del saco lagrimal (dacriocistitis), enrojecimiento de la esclerótica (parte blanca del globo ocular), inflamación e irritación de los párpados, así como visión fluctuante y borrosa.

Además, el hecho de secarse continuamente los ojos no solo resulta incómodo sino que puede favorecer la laxitud y caída del párpado.

¿Cómo actuar si tienes ojo lloroso?

El ojo lloroso es un problema común que no debes pasar por alto, ya que puede afectar de forma relevante a tu calidad de vida y, con un buen diagnóstico, tiene  solución eficaz en la mayoría de los casos.

El tratamiento va a depender de la causa que provoque el lagrimeo excesivo. Para determinarlo, debemos llevar a cabo una valoración de la superficie ocular que nos permita descartar la existencia de problemas que puedan estar causando una producción excesiva de lágrimas. La mayoría de las causas de origen alérgico, irritativo o infeccioso pueden tratarse con medicación en forma de colirios tópicos (gotas).

En cambio, si el ojo lloroso se debe a una obstrucción del conducto lagrimal, hay que optar por restablecerlo mediante una intervención quirúrgica llamada dacriocistorrinostomía. Por otro lado, si el motivo del ojo lloroso son malformaciones o malposiciones de los párpados será necesario recurrir a cirugía plástica y reparadora ocular para corregirlas.