Enfermedades de la vista
Cataratas

¿Qué son las cataratas?
Las cataratas se producen cuando se pierde la transparencia del cristalino, una estructura ocular que funciona como lente y nos permite enfocar, dejando pasar los rayos de luz que entran en el interior del ojo y desviándolos para que converjan sobre la retina y así podamos ver nítido.
Cuando esta lente natural del ojo se vuelve opaca, nuestra visión se “nubla”, como si estuviésemos mirando a través de un cristal sucio o empañado.
Las cataratas son la primera causa de ceguera en países en desarrollo y la patología ocular con mayor número de operaciones en los países desarrollados. Tarde o temprano, todos acabamos desarrollando cataratas ligadas a la edad.
Además, en los departamentos de catarata de las clínicas Miranza tenemos gran experiencia en la operación de cataratas en niños y cataratas complejas relacionadas con distintas enfermedades o asociadas a traumatismos.
Síntomas
Causas y factores de riesgo
Diagnóstico de las cataratas
Tratamiento de las cataratas
Prevención o ralentización de la aparición de cataratas
El síntoma más común es la pérdida progresiva de visión, que puede afectar a uno o ambos ojos. También es habitual experimentar sensibilidad a la luz, necesidad de más iluminación para leer, visión doble, dificultad para distinguir colores o deslumbramientos nocturnos.
Existen diferentes tipos de cataratas, según su origen y localización:
- Nucleares, que afectan al centro del cristalino y suelen asociarse al envejecimiento.
- Corticales, que aparecen en los bordes exteriores y se expanden hacia el centro.
- Subcapsulares, más frecuentes en personas con diabetes o tratadas con corticoides.
La manera en que afecta cada tipo de catarata varía. Por ejemplo, algunas pueden empeorar la miopía, mientras que otras alteran más la percepción de la luz y los colores.
Preguntas Frecuentes
La afectación visual varía en función del grado de evolución de la enfermedad, del tipo de catarata y de otros factores individuales. Cada persona es un caso único, aunque, por lo general, los pacientes con cataratas suelen describir que ven como si tuvieran una nube o neblina delante de sus ojos, o como si estuvieran mirando a través de un cristal empañado. La visión se vuelve borrosa y opaca, lo que dificulta ver detalles finos y percibir el brillo e intensidad de los colores. Por eso, también es común la sensación de ver el mundo “apagado” o “descolorido”.
Debido a las cataratas, algunos pacientes también presentan mayor sensibilidad a la luz y se deslumbran con facilidad ante el sol o los faros de los coches y las farolas por la noche.
Estos síntomas merman la calidad de vida, aunque, como las cataratas suelen avanzar de manera lenta y progresiva, es habitual acostumbrarse a ellas y no darse cuenta de todo el impacto que pueden estar teniendo en el día a día, comprometiendo actividades como, por ejemplo, conducir con seguridad.
Tras la cirugía de catarata es cuando muchas personas suelen tomar conciencia de la calidad visual que habían estado perdiendo y experimentan que vuelven a ver “en alta definición”.
Para determinar el mejor momento para operarse es preciso acudir a controles oculares periódicos para conocer cómo ve una persona con cataratas concreta en cada momento, seguir la evolución de la enfermedad y realizar una indicación personalizada. Los oftalmólogos de Miranza dedican a cada paciente el tiempo necesario y ponen a disposición la última tecnología diagnóstica para ofrecer un asesoramiento avanzado.
Aunque las necesidades de cada persona son distintas, por lo general, se recomienda la cirugía especialmente cuando la visión afecta a la calidad de vida y las cataratas interfieren en las tareas cotidianas. Asimismo, el oftalmólogo también puede aconsejar la intervención quirúrgica si ve que la evolución de la patología puede derivar en otras complicaciones oculares.
Es importante tener en cuenta que no es necesario esperar a que las cataratas estén muy avanzadas para operarlas. Gracias a la alta precisión y la gran seguridad de las técnicas actuales, que facilitan una rápida recuperación y excelente calidad visual de los pacientes, la tendencia es operar las cataratas de manera cada vez más precoz, antes de que lleguen a suponer una limitación importante para las personas afectadas.
La consecuencia más obvia es la pérdida progresiva de calidad visual y de vida del paciente. La visión borrosa, así como el resto de síntomas de las cataratas, disminuyen tanto la independencia de la persona como su comodidad y disfrute del día a día, además de limitar sus posibilidades de relación y repercutir en un mayor aislamiento en la madurez. Todo ello tiene un impacto en el bienestar emocional, sin olvidar el impacto en el bienestar físico, ya que el riesgo de caídas y accidentes también puede aumentar considerablemente debido a las cataratas.
Para evitar estos problemas a múltiples niveles, desde Miranza recomendamos ponerse en manos de un especialista en cataratas, que pueda informar en detalle al paciente, resolver todas sus dudas y aconsejarle la mejor solución para su caso particular.