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Tratamientos oculares

Esclerectomía profunda no perforante

escelerectomía profunda
Técnica menos invasiva que otras cirugías para el glaucoma.
Cirugía de elección para pacientes con ángulo abierto.
Reduce el riesgo de descensos bruscos de la presión intraocular.

¿Qué es la esclerectomía profunda no perforante?

La esclerectomía profunda no perforante (EPNP) es una cirugía de drenaje a la que recurrimos para facilitar la salida del humor acuoso (líquido que nutre el ojo) fuera del globo ocular. De este modo, evitamos que se acumule y que, en consecuencia, suba la presión intraocular, dañando el nervio óptico de forma irreversible en pacientes con glaucoma.

Con este objetivo, el procedimiento consiste en practicar una pequeña incisión parcial en la esclera (parte blanca del ojo) para exponer una membrana muy fina, llamada trabéculo-descemética, que permite la salida del humor acuoso a través de ella. A continuación, nuestros cirujanos aplican una medicación para evitar que el drenaje se cierre al cicatrizar y, según cada caso, insertan unos implantes intraesclerales (generalmente reabsorbibles) para mantener la vía de drenaje abierta y favorecer la salida del humor acuoso.

La EPNP favorece un drenaje fisiológico sin descensos bruscos de presión intraocular, lo que reduce el riesgo de complicaciones. Además, es menos invasiva que la trabeculectomía, la cirugía de drenaje clásicamente utilizada para el glaucoma.

Enfermedades oculares que trata la esclerectomía profunda no perforante

La esclerectomía profunda no perforante solemos indicarla si tienes glaucoma de ángulo abierto y las terapias conservadoras (habitualmente gotas o láser) son insuficientes para un adecuado control de tu presión intraocular, por lo que debemos recurrir a la cirugía.

Para que podamos llevar a cabo este procedimiento con garantías, es necesario que tu conjuntiva (la membrana vascularizada que cubre la superficie del ojo en su parte anterior) no presente irregularidades y se encuentre en buen estado. Asimismo, la técnica no está indicada en caso de que tengas alteraciones anatómicas en el ángulo de drenaje (la zona en la que confluye el iris y la esclera) ni para tratar glaucomas de ángulo cerrado. Por ello, es fundamental un buen estudio y diagnóstico previo.

En las clínicas Miranza apostamos por procedimientos mínimamente invasivos, que nos permitan conseguir la eficacia deseada con el menor impacto posible sobre las estructuras oculares. En el caso de la esclerectomía profunda no perforante, la realizamos con anestesia local y sedación y, tras unos 45 minutos de intervención, podrás volver a casa sin necesidad de ingreso. Te prescribiremos gotas antibióticas y antiinflamatorias para evitar infecciones y favorecer la recuperación de los tejidos operados y te citaremos en las revisiones de control oportunas. Si durante las primeras semanas notas visión borrosa, no debes alarmarte, ya que se trata de un efecto secundario frecuente tras esta intervención y que habitualmente desaparece progresivamente.

Los resultados que obtenemos con la eslerectomía profunda no perforante son muy satisfactorios y logran reducir eficazmente la presión intraocular. La cirugía del glaucoma, como la EPNP, no recupera la visión perdida por la enfermedad, pero es una intervención necesaria para evitar que la limitación visual provocada por el glaucoma siga progresando. Teniendo en cuenta este importante beneficio,  debes saber que en raras ocasiones se producen complicaciones como hemorragias, infecciones o desprendimiento de coroides, que son las complicaciones más temidas de la cirugía del glaucoma. En caso de ocurrir tras una esclerectomía profunda no perforante, en la mayoría de casos suelen ser leves y tienen una buena recuperación con el tratamiento oportuno.

Por otro lado, después de esta cirugía de drenaje debemos llevar a cabo una vigilancia estrecha de la presión intraocular para asegurarnos de que no haya bajado demasiado. Asimismo, un tiempo después de la operación, ya sea a corto o largo plazo, puede ocurrir que la cicatrización de los tejidos reduzca el efecto hipotensor obtenido y sea necesario plantear un nuevo tratamiento para mantener la presión intraocular en los niveles adecuados. Por ello, las revisiones periódicas de seguimiento son fundamentales si tienes glaucoma.