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Primer plano de un ojo de mujer

La menopausia es un estado hormonal que implica un cambio importante para las mujeres. Estas alteraciones hormonales afectan al cuerpo y los órganos del sexo femenino. Uno de los órganos más comúnmente afectados y donde hay cambios más significativos son los ojos.

Como explica el Dr. Daniel González, especialista de Miranza Ophthalteam, “a partir de los 50 o 55 años, las mujeres pueden sufrir ciertos cambios hormonales que influyen mucho en distintas partes de su ojo, especialmente en la calidad de su lágrima, puesto que la secreción de las glándulas lagrimales se ve bastante afectada por los distintos factores hormonales”.

Durante la menopausia, se pierde la protección hormonal que teníamos en la etapa previa y se inicia un período en el que la sequedad es mucho más manifiesta y molesta, añade la Dra. Esther Rivera, especialista en Miranza IOA.

El ojo seco y los cambios hormonales

Por su parte, la oftalmóloga Elena Monzó, especialista en Oculoplástica y vía lagrimal en Miranza Ophthalteam, explica que “durante la menopausia, todas las hormonas decaen y las mucosas, que hasta ese momento están normalmente hidratadas, se secan. El ojo no deja de ser una mucosa más, que está 12 horas al día expuesta, con lo cual el ojo seco se incrementa de una manera exponencial.”

Por ello, el Dr. Daniel González recomienda “hacer una evaluación detallada de la calidad de película lagrimal y de la secreción de esas glándulas para ver si necesitan un tratamiento más específico”. Para intentar ayudar a las mujeres durante este proceso de cambios hormonales que van a repercutir en su calidad de vida, especialmente en las que padezcan ojo seco, en Miranza contamos con una Área de Ojo Seco, formada por un equipo de optometristas y oftalmólogos especializados. Con ellos, apoyados en la última tecnología, proporcionamos a estas mujeres un diagnóstico preciso y tratamientos especializados para su patología.

Doctora examinando ojo

La importancia de las revisiones oculares

La Dra. Elena Monzó recuerda que no es necesario que sea una menopausia ya establecida para poder realizar el control perimenopáusico (etapa previa en la que empiezan a aflorar los cambios hormonales). Durante este período de transición, es importante un seguimiento de los primeros síntomas para trabajar en una estrategia preventiva que mitigue cambios bruscos pasados los 50 y el malestar ocular que comportan para las mujeres que los padecen.

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