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“La ceguera no entraba en mis planes”, explica Cris de Diego, quien empezó a perder visión a los 21 años a causa de su diabetes. “Mis ganas de vivir, mis deseos de relacionarme con el entorno y el cariño de quienes me ayudan, han sido determinantes para superar los innumerables obstáculos que he afrontado y sigo afrontando día a día”, explica. 

Uno de los últimos retos a los que ha hecho frente ha sido el desprendimiento de retina, que sufrió en ambos ojos como complicación derivada de su retinopatía diabética y para el que le ofrecieron escasas posibilidades de tratamiento y pocas expectativas de evitar el empeoramiento de su ceguera por diabetes. Sin embargo, al acudir a IMO Grupo Miranza y ponerse en manos de la Dra. Andrea Oleñik, encontró una puerta abierta para someterse a esta compleja operación con confianza. Paciente y oftalmóloga fueron “responsablemente valientes”, uno de los valores de Miranza, y, con una cuidadosa cirugía y recuperación, han conseguido preservar un resto visual, algo que para Cris es muy valioso. Según destaca, “poder percibir ciertas luces, colores, bultos o formas marca una gran diferencia respecto a tener ceguera por diabetes absoluta y me permite manejarme con bastante seguridad, sobre todo en entornos accesibles”. Por ello, tenía muy claro que valía la pena luchar por su visión, como así ha hecho a lo largo de su vida.

De niña a adulta: superando la ceguera por diabetes

De niña, a Cris le diagnosticaron diabetes lábil, una forma poco común de la enfermedad que se caracteriza por su inestabilidad y dificultad de control a pesar de tomar las medidas preventivas oportunas. En su caso, los ojos han sido uno de los principales afectados por esta descompensación metabólica, desde que le detectaron retinopatía diabética cuando estaba en la universidad. Años después, desarrolló cataratas –también asociadas a la diabetes– y, más recientemente, aconteció el desprendimiento de retina. Todo ello la ha llevado a experimentar diferentes grados de ceguera a causa de la diabetes.

Con cada contratiempo, Cris y su familia han apostado por buscar las soluciones oftalmológicas más avanzadas del momento y, sobre todo, por adaptarse y enfocarse en lo positivo: “Se puede tirar adelante, con muchas barreras, pero con voluntad y ayuda se saltan”. En este sentido, añade que “está claro que dejas de hacer cosas, por ejemplo, conducir o a mí me gustaba esquiar. También tuve que dejar mi trabajo como abogada, pero entonces me di la oportunidad de estudiar lo que realmente me gustaba”. 

Pasión por las artes y contribución social

Tras haber logrado la Licenciatura en Derecho, Cris se graduó en Turismo, con gran esfuerzo y grandes calificaciones, recibiendo el Premio Extraordinario a  la Mejor  Estudiante de su promoción. Pero todavía quiso ir un paso más allá y, en 2017, se  inscribió al doble Grado en Bellas Artes y Turismo. Ese mismo año, también fue seleccionada por la Unión Europea para colaborar como voluntaria y hacer que pinturas de distintos museos europeos fueran accesibles a visitantes con discapacidad visual. “Quería contribuir y demostré que es posible”, afirma. 

pinturas de Cris de Diego
“Tristeza” y “La energía”, dos de las pinturas de Cris de Diego que reflejan su evolución antes y después de la cirugía de desprendimiento de retina por diabetes en IMO Grupo Miranza.

Actualmente, Cris sigue cursando sus estudios y cultivando su pasión por las artes. Su faceta como pintora es una forma más de expresión, en la que refleja su percepción del mundo, que ganó  colorido y vitalidad tras la cirugía del desprendimiento de retina realizada en IMO Grupo Miranza. Este cambio se aprecia en las obras de su primera exposición personal, Dibujando a Ciegas, donde plasmó su evolución vital y mostró cómo “una persona con ceguera puede crear y apreciar una obra de arte utilizando el tacto, el oído, el olfato y, en caso de tenerlo, el resto de visión”. 

De hecho, en su página web (www.crisdediego.es) recoge una frase de Picasso con la que se identifica: “La pintura es una profesión de ciegos. Un pintor no pinta lo que ve, sino lo que siente”.

Mirar más allá de la ceguera, el reto de la diabetes

La ceguera por diabetes se ha reducido enormemente en los últimos años, debido a una mayor cultura preventiva y control de esta enfermedad y sus complicaciones. Los tratamientos oftalmológicos también han evolucionado enormemente, tanto en lo que se refiere a técnicas quirúrgicas y láser como a nuevos fármacos de inyección intravítrea, mejorando mucho el pronóstico visual si se acompañan de un diagnóstico precoz de las lesiones características del ojo diabético. Para casos especialmente severos y retadores como el de Cris –que siguen siendo un desafío, como explica la Dra. Oleñik en relación a la diabetes y la vista–, una indicación y ejecución experta de la cirugía de vitrectomía, cada vez más sofisticada, también aumenta las probabilidades de mantener la visión.

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