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Enfermedades de la vista

Ptosis palpebral o párpados caídos

Influye en la estética, la visión y la salud ocular.
La mitad de los mayores de 60 años tienen el párpado caído.
Puede solucionarse mediante distintas técnicas quirúrgicas.

¿Qué es la ptosis palpebral?

La ptosis palpebral es la caída del párpado superior, de manera que el ojo queda más cerrado de lo habitual y no se puede abrir con normalidad.

Esto no solo genera un problema estético, sino que también puede producir una alteración en la lubricación de la superficie ocular –ya que la lágrima no se distribuye adecuadamente con el parpadeo–, y una reducción del campo visual. Además, en el caso de los niños (ptosis congénita) puede impedir que la visión se desarrolle correctamente y provocar un “ojo vago”.

La pérdida de campo de visión ocurre cuando la ptosis palpebral es suficientemente severa como para llegar a cubrir la pupila, a través de la que los estímulos visuales entran en el ojo.

Otras consecuencias que puedes notar si tienes esta malposición palpebral son:

  • Cansancio ocular, con sensación de fatiga y pesadez en los párpados, por el hecho de estar permanente intentando abrir más el ojo.
  • Dolores de cabeza a causa de la tensión muscular mantenida involuntariamente para “tirar” del párpado desde la frente.
  • Tortícolis provocada por la adopción de posturas inadecuadas para compensar el obstáculo visual (ladeando la cabeza, levantando el mentón etc.)

En cuanto al impacto estético, no debemos olvidar la repercusión que puede tener el párpado caído tanto a nivel de aceptación personal como de relaciones sociales.

Hay varios tipos de ptosis en función de las causas que provocan la patología. Estas son algunas de las principales:

  • Envejecimiento: con los años, el músculo elevador del párpado se “afloja” y pierde tensión para sostener el párpado en su posición correcta. Es la causa más común y, de hecho, la mitad de las personas mayores de 60 años tienen algún grado de ptosis palpebral.
  • Defectos de nacimiento en el músculo elevador, cuyo mal desarrollo impide que pueda cumplir efectivamente su función.
  • Falta de estimulación nerviosa del músculo elevador, ya sea por parálisis oculomotoras o determinados síndromes como el de Horner o Marcus-Gunn.
  • Problemas “mecánicos” debidos a la presencia de tumores o quistes que entorpecen el levantamiento del párpado.
  • Traumatismos oculares que dañan las estructuras palpebrales.

La solución de la ptosis palpebral es quirúrgica, mediante distintas técnicas mínimamente invasivas que seleccionamos de forma personalizada para lograr los mejores resultados según el tipo y grado de ptosis.

El beneficio que te aportará la cirugía es tanto estético como funcional, ya que conseguimos mejorar la simetría y naturalidad del rostro con el máximo cuidado de la visión y las estructuras oculares. Para ello, en las clínicas Miranza contamos con un equipo de cirujanos oculoplásticos expertos.