
Los españoles rozan el suspenso en salud y bienestar ocular
La nota de nuestro V Barómetro de Bienestar Ocular es de 5.23 sobre 10, aunque los mayores de 40 suspenden. El ojo seco, cada vez más extendido, ya impacta a jóvenes y adolescentes por el abuso de pantallas
Un año más, volvemos a incidir en la baja nota que los españoles presentan en salud y bienestar ocular, según los datos del V Barómetro de Bienestar Ocular, realizado mediante encuestas a un millar de personas y que hemos presentado este miércoles, 8 de octubre, víspera del Día Mundial de la Visión, en la sede madrileña de IMO Grupo Miranza.
Miopía (37%), astigmatismo (36%) y presbicia (31,2%) se consolidan como las principales patologías oculares diagnosticadas entre los españoles. Según el estudio, menos de la mitad de los afectados por estas u otras patologías dicen haberse sometido a tratamiento médico-quirúrgico, salvo en el caso del glaucoma (el 62%). En este contexto, la dependencia de ayudas visuales es elevada, ya que el 73% utiliza gafas de forma habitual o esporádica y un 17% lleva lentillas, lo que incomoda al 34% y 38% de los usuarios, respectivamente.
Más allá de la patología diagnosticada, la visión borrosa y la sensibilidad a la luz son los síntomas visuales que más nos afectan (33%, en ambos casos), seguidos de irritación, picor y escozor y sensación de pérdida de visión y sequedad ocular, que afectan a más de un tercio de la población, siendo el lagrimeo el síntoma que provoca mayor incomodidad en quienes los padecen (un 12% de los encuestados).

Miranza empezó a poner en marcha en 2021 un nuevo Barómetro para tomar el pulso al estado ocular de los españoles a partir de unas variables clave que, además, desde su segunda edición en 2022, sirven también para extraer un índice cuantitativo o calificación sobre 10. Desde entonces, el índice anual obtenido ha sido 5.24 (2022); 5.22 (2023) y 5.20 (2024).
Limitaciones diarias
Según los resultados del Barómetro, leer en el móvil y subir y bajar escaleras son dos de las actividades más frecuentes y, a la vez, de las consideradas más importantes y que más dificultades nos generan relacionadas con la visión. Asimismo, casi la mitad de los encuestados afirma que la vista afecta a su capacidad para conducir (46%) y para trabajar (43%) y, en menor medida, para socializar (33%) y para hacer deporte (21%). También es relevante el 17% que afirma que su estado visual le afecta a las ganas de salir de casa.
Pese a todo, y aunque el 73% afirma que la visión es algo que le preocupa, el 90% opina que hay que cuidarla y el 74% defiende la conveniencia de las revisiones oftalmológicas anuales, especialmente los mayores de 40 años, la realidad es que ninguna franja de edad se revisa la vista anualmente.
El papel de los hábitos
La falta de compromiso con la prevención, se traduce también en la poca importancia que se otorga a los hábitos en relación con la salud y el bienestar ocular, ya que menos de la mitad (41%) cree que sus hábitos afectan a su vista.
Si bien la mayor parte (64%) opina que existe un condicionante genético en los problemas de visión y más de la mitad que hay otros factores que pueden influir, como la contaminación (58%), son muchos menos los que creen que hábitos modificables, como el tabaco y el alcohol (36%), la alimentación (34%) y el ejercicio (18%) pueden afectar a la salud ocular. En cambio, sí se otorga algo más de peso a las horas de sueño (51%), un factor que puede no resultar fácil de modificar.
Sobre cómo afectan nuestros hábitos a la salud ocular, el Dr. Marco Sales comenta que “es un hecho que fumar, el alcohol, la mala alimentación y el sedentarismo afectan a los ojos, un órgano vascularizado y que, por tanto, está condicionado por el funcionamiento general del organismo. Cuidar los hábitos, sin duda, contribuye a una mejor salud y bienestar ocular”.

El ojo seco, asignatura pendiente, que va en aumento
En cuanto a los tratamientos, si analizamos el grado de satisfacción que estos provocan, vemos que más del 80% de los pacientes de cirugía refractiva y de catarata están satisfechos con los resultados del tratamiento, mientras que solo la mitad de las personas tratadas de ojo seco manifiestan satisfacción con los resultados.
Este dato llama la atención, ya que, precisamente, la sequedad ocular es un síntoma cada vez más extendido (según esta encuesta afecta a un 27% de la población) y está impactando ya a jóvenes y adolescentes.
Según ha comentado en la presentación del estudio la oftalmóloga de Miranza, Ioana Romero (Bilbao), “el ojo seco está irrumpiendo en la población joven, cuando, tradicionalmente, el síndrome de sequedad ocular se ha asociado a los mayores”. La vida digital es la que, según la oftalmóloga está detrás de este hecho, por lo que aboga por fomentar la actividad al aire libre: “si todos fuéramos pastores de ovejas, por ejemplo, el ojo seco se vería reducido en un 80%”.
La oftalmóloga añade que “no es normal vivir con una piedra en el zapato y no sacarla. Tampoco lo es vivir con síntomas y no intentar ponerles solución, cuando, en la mayoría de los casos, la tienen. Podemos actuar sobre casi todos los síntomas, mediante hábitos de vida y técnicas médico-quirúrgicas”.
