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Varias personas informándose sobre la campaña de prevención del glaucoma

El glaucoma, una afección ocular vinculada al nervio óptico, es una de las enfermedades que más casos de deterioro de la visión y de ceguera irreversible provocan en el mundo. Y aunque en contadas ocasiones se desarrolla en ojos con índices normales de presión intraocular, la realidad es que la gran mayoría de casos responden directamente a un incremento de esta por encima de los valores considerados normales, de entre 10 y 20 milímetros de mercurio. Además, y esto es muy importante de cara a la mejora del paciente, es el único factor de riesgo del glaucoma sobre el que puede trabajarse dados los avances de conocimiento y de tecnología de los que disponemos. De ahí la importancia de los datos de esta revisión.

La preocupante prevalencia de la hipertensión ocular

En Miranza, estamos comprometidos con la salud ocular. Por eso, recientemente, como parte de nuestra campaña de prevención del glaucoma, nuestros especialistas realizaron mediciones avanzadas de la presión intraocular de 620 personas repartidas en lugares como Madrid, Sevilla, Barcelona, Mallorca, País Vasco o Canarias. El resultado, a tener en cuenta, es que hasta un 12% de ellas registraban hipertensión ocular, es decir, una elevada presión del líquido localizado dentro del ojo, también conocido como humor acuoso. En total, 77 de 620 personas que presentaban el mayor factor de riesgo del desarrollo de glaucoma. Pero descubrimos mucho más.

Además, los datos recabados por nuestros equipos revelan que el 62% de las personas con hiperpresión intraocular padecen algún defecto de refracción, como la miopía o la hipermetropía. Una información que nos permite focalizar aún más en los grupos de riesgo. Del mismo modo, la edad, superior a los 60 años, también quedó evidenciada como un factor de riesgo, con un 46% de los hipertensos oculares en esta franja de edad, así como la franja de entre los 40 y los 60 años, en la que se concentraron el 33% de los diagnosticados con una presión ocular alta. La conclusión es clara: las revisiones periódicas son claves para toda la población, pero más conforme se cumplen años.

Pero estos no son los únicos factores de riesgo. Los antecedentes familiares, como ocurre en muchas otras enfermedades tanto del ojo como de otros órganos dle cuerpo, juegan un papel muy importante. Así, el 27% de quienes mostraron hipertensión ocular contaba con personas en su familia que sufrían o habían sufrido glaucoma. Por último, el 16% de los afectados por una presión intraocular elevada habían sido sometidos a alguna cirugía ocular en el pasado. Por supuesto, todos estos datos permiten, a centros especializados como Miranza, prestar una mayor atención a determinados colectivos. No obstante, la realidad es que la proactividad personal es esencial.

Doctora tomando la presión intraocular a una paciente

La importancia de acudir al oftalmólogo con periodicidad

En conclusión, nuestros especialistas recuerdan que acudir al oftalmólogo para someterse a una revisión resulta importante para la población en general, pero especialmente para las personas que cumplen alguno o varios de los factores de riesgo mencionados, quienes deben ser mucho más minuciosos en el control de su salud ocular y acudir de forma regular al oftalmólogo para conocer el estado de la misma. Después de todo, la hipertensión ocular aumenta sobremanera la probabilidad de padecer glaucoma, la primera causa de ceguera irreversible en el mundo. Una simple visita al oftalmólogo puede cambiarlo todo.

Y puede hacerlo porque actualmente existen tratamientos para disminuir la presión intraocular o, en el peor de los casos, mantenerla estable y que no experimente más incrementos peligrosos. Recibirlos puede marcar la diferencia y evitar pérdidas de visión ligadas al daño en el nervio óptico que provoca la enfermedad, según avanza. Además, los expertos de Miranza realizan un detallado seguimiento de los tratamientos, a fin de evaluar los resultados y variar lo que sea necesario para ajustarse a la realidad de cada momento. La salud ocular condiciona de una manera muy notable la calidad de vida de las personas. El compromiso de todos puede ayudarnos a preservarla.

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