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¿Qué es la presbicia?

La presbicia, comúnmente conocida como vista cansada, es un problema de visión en el que el ojo pierde gradualmente la capacidad para enfocar objetos cercanos y aparece como consecuencia del envejecimiento y la pérdida de flexibilidad del cristalino, la lente natural del propio ojo. A partir de cierta edad (normalmente, sobre los 45 años) todos acabamos padeciendo presbicia, lo que ocasiona dificultades para leer letras pequeñas, trabajar con dispositivos móviles o realizar tareas de precisión, como coser.

Frente a la aparición de la presbicia, es recomendable realizarse una revisión ocular completa. En las clínicas Miranza contamos con ópticos-optometristas y oftalmólogos especialistas que trabajan en equipo para permitirte no sólo conocer tu graduación exacta, sino también asegurarte de que no sufras otras patologías oculares que empiezan a ser comunes a partir de esa edad.

Una vez realizado este diagnóstico preciso, puedes valorar la mejor opción para corregir tu presbicia, que, al inicio, suele ser el uso de gafas. Más adelante, a medida que la “vista cansada” va siendo más acusada, muchos pacientes optan por la alternativa quirúrgica que, a través de la cirugía del cristalino, permite tratar este defecto refractivo de manera definitiva, reduciendo o eliminando la dependencia de las gafas.


Cómo las gafas te ayudan a ver bien si tienes presbicia

Es habitual que, al empezar a notar dificultades para ver bien de cerca, algunas personas se resistan a empezar a utilizar gafas para la presbicia. Debes tener en cuenta que su uso no acelera la pérdida de visión (un falso mito extendido) y que es necesario para que puedas realizar tus actividades cotidianas sin limitaciones y disfrutar de un buen confort visual.

Con un consejo experto podrás elegir las gafas para la presbicia más adecuadas para ti.


Tipos de gafas para presbicia: ventajas, desventajas y recomendaciones

Gafas de lectura (monofocales)

Las gafas de lectura son ideales para quienes solo necesitan apoyo puntual para enfocar objetos cercanos, a unos 40 cm, que es la distancia a la que solemos tener los libros o el teléfono móvil. Para realizar otras actividades del día a día que impliquen la visión intermedia o lejana es necesario quitarse las gafas de lectura, ya que toda la extensión del cristal tiene la misma graduación, optimizada para la visión próxima. Por eso, a este tipo de lentes también se las conoce como monofocales.

Gafas bifocales

Las gafas bifocales permiten enfocar tanto objetos cercanos (hasta unos 40 cm), como lejanos (a partir de unos 4 m). Su mecanismo es sencillo: la parte inferior del cristal sirve para ver de cerca y, la parte superior, para ver de lejos. Sin embargo, están en desuso, ya que no cubren la distancia intermedia, muy necesaria actualmente debido al gran uso de tabletas y ordenadores.

Gafas para ordenador (ocupacionales)

Cada vez más personas optan por este tipo de gafas, sobre todo quienes tienen presbicia y trabajan en oficinas o pasan mucho tiempo delante del ordenador, tendiendo a forzar la vista o la postura para poder enfocar nítidamente. Las gafas ocupacionales ofrecen una solución a este problema, al permitir una buena visión próxima e intermedia (entre unos 40-100 cm): aportan mayor profundidad de foco que las gafas de lectura convencionales y facilitan una adaptación a la graduación mucho más rápida que las gafas progresivas. Hay que tener en cuenta que no son gafas para llevar todo el rato, ya que para ver bien de lejos hay que quitártelas.

Gafas progresivas (multifocales)

Las gafas progresivas ofrecen la posibilidad de ver bien a todas las distancias, por lo que permiten corregir diferentes problemas visuales con una única lente (además de presbicia, también miopía, hipermetropía y astigmatismo). Sus cristales tienen múltiples puntos focales, de modo que la parte superior se utiliza para la visión lejana; la parte central, para la intermedia; y la parte inferior, para la cercana. Aunque el cambio de potencia es gradual, a algunas personas les puede costar adaptarse a ellas.

Lentes de contacto

En ocasiones, pueden ser una alternativa a las gafas para la presbicia. Igual que ocurre con éstas, existen distintos tipos de lentes de contacto para la presbicia: por ejemplo, puede optarse por lentillas bifocales o multifocales, así como por la monovisión, una estrategia que consiste en corregir un ojo para visión lejana y otro para visión cercana.

Un estudio de la mano de nuestros oftalmólogos y nuestros optometristas especialistas en la adaptación de lentes de contacto te permitirá valorar todas tus opciones para elegir la que te resulte más confortable.

Limitaciones de las gafas a la hora de convivir con la presbicia

Una de las principales limitaciones de las gafas a la hora de convivir con la presbicia es la necesidad de cambio frecuente. Dado que la presbicia va evolucionando con la edad, conviene revisar la graduación y renovar la gafa o los cristales cada cierto tiempo, lo que puede resultar costoso y molesto. Sin embargo, es totalmente necesario, ya que no llevar la corrección óptica adecuada repercute en una peor calidad visual, con las consiguientes limitaciones en muchas actividades cotidianas como leer, escribir en el móvil, mirar la hora en el reloj, revisar el tique de la compra, pagar la cuenta del restaurante etc.  

Por otro lado, para muchas personas, la dependencia de las gafas se traduce en una sensación de pérdida de autonomía y libertad. En el caso de las gafas de lectura o para el ordenador, el hecho de tener que ponértelas y quitártelas puede resultar poco práctico y ocasionar descuidos frecuentes, condicionando notablemente el bienestar cuando se olvidan las gafas en casa. Las lentes bifocales o progresivas, por su parte, pueden requerir un tiempo de adaptación e, incluso, puede suceder que no termines de acostumbrarte a ver perfectamente con ellas y sigas experimentando mareos o una visión poco “natural”, aunque estén bien ajustadas.

Si deseas sentir mayor comodidad en tu día a día y que la “vista cansada” no te limite, puedes consultar a tu oftalmólogo para valorar la posibilidad de la cirugía para la presbicia.


Alternativas a las gafas para presbicia

La cirugía del cristalino es, actualmente, la única solución definitiva y estable frente a la presbicia. Ahora bien, es fundamental que un especialista analice tu caso de manera individual (descartando otras patologías oculares, estudiando tu evolución, considerando otros defectos refractivos asociados etc.) para indicarte si eres un buen candidato a la cirugía y, en este caso, cuál es el momento idóneo para operarte.


Cirugía del cristalino con lentes intraoculares

La cirugía del cristalino consiste en reemplazar la lente de enfoque del ojo (cristalino) por una lente intraocular que cumpla de manera más efectiva su función. Este es el mismo procedimiento que utilizamos para la cirugía de catarata, por lo que, operándote de presbicia, no tendrás que operarte en el futuro de catarata (otra patología que, con la edad, también todos acabamos desarrollando).

La intervención es ambulatoria y muy rápida, aunque no debe banalizarse, ya que unos resultados excelentes dependerán de una buena indicación quirúrgica y de una selección experta del tipo de lente intraocular más adecuado para ti, entre la gran variedad de modelos existentes. Debes tener en cuenta que las lentes intraoculares son como “lentillas” que permanecen fijas en el interior del ojo, sin producir ninguna molestia ni tener que cambiarse al cabo del tiempo. Por eso, es fundamental que la lente elegida sea la idónea para tu caso.

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