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Uno es especialista en segmento anterior; el otro, en retina. Uno ejerce en Donostia; el otro, en Barcelona. Uno ya sabía que quería ser médico a los 4 años; el otro, decidió especializarse en oftalmología cambiando sus planes iniciales. Pese a estas diferencias, el Dr. Javier Mendicute (Miranza Begitek) y el Dr. Carlos Mateo (IMO Grupo Miranza) coinciden, en esta tercera entrega de “Miradas que hablan”, en tres puntos clave que distinguen a un buen cirujano oftalmólogo: tecnología, talento y entrenamiento. Todo ello, aderezado con una buena dosis de pasión y dirigido por una cabeza “bien amueblada”, acaban de conformar la fórmula del éxito.

Además, el Dr. Mendicute destaca la importancia de la vocación y el Dr. Mateo opina que es clave la etapa de formación y, en concreto, los profesionales con los que compartes esos años. De ellos recuerda haber aprendido, por encima de todo, el cuidado de los detalles o, como él mismo explica, a “tratar el ojo con respeto, con finura, con cuidado, prestando atención a cada movimiento”. No en vano, los equipos que asisten al oftalmólogo en quirófano, saben de antemano que deben guardar silencio y estar con los cinco sentidos puestos en la cirugía. Ni música, ni conversaciones banales acompañan a las intervenciones del Dr. Mateo, como tampoco a las del Dr. Mendicute, quien pese a sus largos años de experiencia, siente una gran responsabilidad cada vez que entra en quirófano: “Me siento muy vinculado con el destino de mis pacientes”.

Ambos especialistas también destacan el papel que juega la cabeza, que es la guía de las manos y la que aporta concentración, estrategia, memorización de movimientos… Por ello, el Dr. Mateo comparte en este podcast una máxima que les dice a todos los jóvenes oftalmólogos a los que forma en IMO Grupo Miranza: “Aquí no venís a entrenar las manos, sino a amueblar la cabeza”. En su práctica diaria, el especialista afronta los casos complicados trabajando sobre una hoja en blanco, uno a uno, todos los pasos que va a realizar en una operación. Por su parte, el Dr. Mendicute confiesa que, en ocasiones, se sorprende de madrugada pensando y memorizando los distintos movimientos que va a ejecutar unas horas después en el quirófano. 

Los especialistas destacan también el papel crucial de los avances tecnológicos en su campo, aunque creen que el del cirujano oftalmólogo sigue siendo clave, ya que “es él quien realiza el trabajo conceptual para poder guiar a las máquinas”, afirma el Dr. Mendicute. El oftalmólogo defiende, además, el papel de la pasión, “que ha sido el motor de mi carrera profesional”, y la “capacidad intuitiva y de abrir nuevas vías”.

Mientras que el Dr. Carlos Mateo cree que la mejora de la visualización de la retina por parte del cirujano es uno de los grandes avances pendientes, cuyo desarrollo marcará un antes y un después en la cirugía de retina, el Dr. Mendicute augura para los próximos años materiales con memoria para recuperar la morfología ocular que se inyectarán en el ojo, revolucionando la oftalmología del futuro. Pese a todo, opinan que las nuevas generaciones no deben obviar principios básicos de cirugía que se han estudiado toda la vida y que sientan unas bases que deben acompañar a todo cirujano oftalmólogo, pese a que la tecnología simplifique muchos de estos principios.

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