
Retinopatía diabética: prevenir para preservar la vista
“Desde la pandemia, hemos visto empeoramientos severos”, alertan oftalmólogos de Miranza
Más del 50% de las personas con ceguera por diabetes nunca había acudido al oftalmólogo, por lo que los especialistas recuerdan la importancia de revisiones periódicas
La retinopatía diabética, la complicación ocular más habitual de la diabetes, se mantiene como una de las principales causas de pérdida de visión en adultos en edad laboral. Por ello, en el tratamiento integral de la diabetes, las complicaciones oculares son, cada vez más, un asunto principal. Expertos de Miranza insisten en la necesidad de reforzar la prevención y el seguimiento oftalmológico regular como única vía efectiva para evitar daños irreversibles de lo que los oftalmólogos tildan de “epidemia silenciosa”.
Uno de los mayores desafíos sigue siendo la detección precoz, ya que, en las etapas iniciales, la enfermedad no suele presentar síntomas, lo que lleva a que muchos pacientes posterguen sus controles visuales, a menudo por la carga médica asociada a su patología (endocrinología, nutrición, cardiología), relegando la visita al oftalmólogo incluso cuando ya existen signos de deterioro que solo pueden detectarse a través de una revisión especializada.
En este sentido, los especialistas recomiendan que los pacientes con diabetes tipo 1 realicen su primer examen ocular entre los 3 y 5 años después del diagnóstico, con controles anuales a partir de entonces. En el caso de la diabetes tipo 2, el examen debe realizarse desde el momento del diagnóstico, también con seguimiento anual.
Importancia de acudir a consulta
El Dr. Jorge Ruiz Moreno, oftalmólogo del Departamento de Retina y Vítreo de IMO Grupo Miranza Madrid, recuerda que no basta con actualizar la graduación de las gafas: “Es indispensable revisar el fondo del ojo de la persona afectada. Durante la pandemia, muchos pacientes, por miedo al contagio, evitaron sus controles. Esto hizo que, en muchos casos, la enfermedad progresara sin ser tratada y, aún hoy, vemos las consecuencias en las consultas”. Por su parte, el Dr. Ruiz Medrano, especialista también en la clínica madrileña, afirma que “en estos últimos años hemos visto empeoramientos severos, y en algunos casos ya no hay forma de recuperar la visión. Por eso insistimos en que vengan a la consulta. Las inyecciones intravítreas que administramos en oftalmología pueden frenar el progreso de enfermedades como la retinopatía diabética”.

Terapias menos invasivas y efectos más duraderos
El tratamiento de esta complicación ha experimentado una evolución notable. Hoy, muchas formas leves pueden abordarse con terapias mínimamente invasivas, como el láser o las inyecciones intraoculares, que actualmente ofrecen efectos más duraderos y permiten espaciar las aplicaciones. Esto representa una mejora importante en la calidad de vida del paciente y en la adherencia al tratamiento. Según el Dr. Iñigo Corcóstegui, especialista en retina y director médico en Miranza Clínica Begoña, uno de los centros de Miranza en Bilbao, “la inyección de fármacos dentro del ojo es una maniobra sencilla y segura en manos de un oftalmólogo con experiencia, y ha sido clave en la lucha contra enfermedades como la degeneración macular, obstrucciones venosas o el edema macular diabético”.
En los casos más avanzados, la cirugía sigue siendo una herramienta imprescindible. Especialmente en pacientes jóvenes con diabetes tipo 1, donde se está apostando por intervenciones más tempranas que permiten mejores resultados funcionales y recuperación visual.
La relación entre el control glucémico y las complicaciones oculares es directa. “La diabetes puede provocar edema macular diabético, lo que en términos simples es el acúmulo de líquido en el centro de la retina, lo que supone una pérdida rápida de visión”, explica el Dr. Francisco Barrero, especialista en retina en Miranza Málaga. “En casos más graves, puede aparecer un desprendimiento de retina traccional, causado por un crecimiento anómalo de vasos que tiran de la retina hasta romperla. Por eso, lo más importante es la prevención, es decir, un buen control de la glucemia. La diabetes es una auténtica epidemia, y cada vez hay más casos mal controlados con larga evolución”.