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Tratamientos oculares

Toxina botulínica

toxina botulinica
Es el medicamento con más indicaciones del mercado.
Se utiliza con fines estéticos y también clínicos.
Su efecto es transitorio, alrededor de unos 4 - 6 meses.

¿Qué es la toxina botulínica?

La toxina botulínica es un fármaco obtenido a partir de la neurotoxina que produce la bacteria Clostridium botulinum, que en el ámbito médico utilizamos de forma purificada y en pequeñas dosis para eliminar su potencial tóxico y aprovechar su capacidad para relajar los músculos

El tratamiento lo realizamos en consulta de forma totalmente individualizada en función de las necesidades de cada paciente, infiltrando la toxina botulínica mediante una aguja muy fina en el músculo que queremos tratar. Los resultados son transitorios y su duración depende de la zona tratada y de la dosis utilizada, pudiéndose repetir el tratamiento cuando transcurre el plazo oportuno.

Problemas que trata la toxina botulínica

Actualmente, la toxina botulínica es el medicamento con más indicaciones estéticas y clínicas del mercado.  En el ámbito del rejuvenecimiento oculofacial, es un tratamiento muy solicitado para atenuar las arrugas dinámicas, que son aquellas que se producen debido a la gestualidad y se marcan especialmente en la frente, el entrecejo y las “patas de gallo”. Atenuándolas, logramos un efecto rejuvenecedor sin alterar la morfología del rostro ni modificar la expresión o los rasgos característicos de cada persona.  

Por otro lado, en oftalmología también aplicamos la toxina botulínica con fines terapéuticos para ciertos casos de estrabismo (actuando sobre los músculos extraoculares que dirigen la mirada) o de blefarospasmo (evitando la contracción involuntaria del músculo orbicular de los párpados).

Las inyecciones de toxina botulínica son prácticamente indoloras, aunque podemos aplicarte una pomada anestésica para evitar cualquier molestia. 

Al salir de la consulta podrás reincorporarte enseguida a tu vida cotidiana, teniendo en cuenta unas precauciones mínimas como no practicar deporte o tomar el sol las primeras 24 h. En un par o 3 de días, el medicamento se habrá asentado en el tejido y sus resultados definitivos los apreciarás al cabo de 1 o 2 semanas, prolongándose a lo largo de un periodo que oscila entre los 4 y los 6 meses, según cada caso. A partir de ahí, los efectos irán desapareciendo de forma progresiva hasta realizar una nueva sesión. 

En cuanto al uso de la toxina botulínica en niños con estrabismo, destacar que solemos aplicar el tratamiento en quirófano y con anestesia general para evitar que se muevan o se pongan nerviosos. Aun así, el procedimiento es ambulatorio y no requiere ingreso. 

La toxina botulínica es un medicamento seguro –con varias décadas de uso en medicina y cosmética–, que no provoca rechazo ni reacciones adversas salvo en casos de alergia, algo muy infrecuente si utilizamos el medicamento en las dosis adecuadas.

Como cualquier tratamiento que se administra mediante inyecciones, puede ocasionar molestia y enrojecimiento en la zona del pinchazo, un ligero hematoma y, en raras ocasiones, infección en ese punto. 

Una técnica experta a la hora de inyectar la toxina botulínica es fundamental para conseguir el efecto deseado y el grado oportuno de relajación muscular, evitando la pérdida de la expresión o parálisis excesiva que temen algunos pacientes. Además, una buena praxis también minimiza las posibilidades de complicaciones como una ptosis o caída del párpado. Por ello, en las clínicas Miranza realizan este tratamiento oftalmólogos cualificados y con gran conocimiento anatómico del rostro y, sobre todo, la delicada zona periocular.