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Tratamientos oculares

Peeling químico

peeling
Fórmula personalizada para cada paciente.
Renueva la piel a distintos niveles de profundidad.
Mejora ojeras y signos del fotoenvejecimiento.

¿Qué es el peeling químico?

El peeling químico es un tratamiento no quirúrgico de rejuvenecimiento que consiste en la aplicación de una mascarilla ácida para eliminar las células muertas y lograr una exfoliación más o menos profunda de la piel, permitiendo que aflore renovada y sin algunas imperfecciones. Aunque se puede aplicar en cualquier parte del cuerpo, el uso más frecuente del peeling químico es en el rostro.

A la hora de aplicártelo, te limpiaremos adecuadamente la superficie facial y protegeremos las zonas más sensibles de la cara, como el contorno de ojos o la comisura de la boca. A continuación, aplicaremos el producto químico (generalmente, sin anestesia previa) y lo dejaremos actuar durante unos minutos para que haga efecto. La concentración y el tipo de ácido (tricloroacético, salicílico, glicólico, pirúvico…) dependerá del efecto que queramos conseguir y de tu tipo de piel, ya que personalizamos la fórmula del peeling químico para responder eficazmente a las necesidades de cada persona.

En las clínicas Miranza realizamos este tratamiento en consultas equipadas para procedimientos de estética oculofacial o, si es un peeling profundo, podemos llevarlo a cabo en quirófano. 

Problemas que trata el peeling químico

El peeling químico puede ser una buena opción si tienes signos claros de fotoenvejecimiento (manchas, piel apagada y pequeñas arrugas) u otros defectos cutáneos como marcas de acné, pequeñas cicatrices, poros abiertos… Además, cuando el peeling estimula la producción de colágeno y elastina en las capas profundas de la piel, esta aparece renovada y mucho más luminosa, tersa y suave. 

También puedes beneficiarte de este tratamiento si tienes ojeras oscuras debidas a un exceso de pigmentación, mejorando su color para que tu mirada se vea más fresca y descansada.


Recuperación

Durante el peeling químico, puedes notar un leve picor en el rostro por la acción de la mascarilla. Es una sensación completamente normal y desaparece en cuanto  neutralizamos el ácido con un pulverizador antes de finalizar la sesión. A su término, la piel puede quedarte un poco roja y descamarse levemente en el transcurso de los días posteriores. Si te aparecen costras, también es habitual con este procedimiento y suelen caerse en una semana, momento a partir del que podrás empezar a apreciar los resultados. 

Es importante que sigas las pautas de tratamiento y cuidados que te indique tu especialista para favorecer la recuperación, ya que, al romperse la barrera de la piel y eliminar sus capas más superficiales, esta es más vulnerable durante un tiempo. Por ello, debes extremar la precaución frente al sol y protegerte adecuadamente, siendo el otoño y el invierno las épocas idóneas para realizarte un peeling químico.

Dependiendo del problema a tratar, podemos realizar varias sesiones  o repetir el procedimiento más adelante, así como asociarlo a otros tratamientos estéticos para el rostro


Riesgos